Con una explosiva mezcla de fajones-soñadores-empresarios, esta familia fundó "Los Cidrines" y día a día a través de sus panes, café, dulces, su compromiso social y cívico y su simpatía, llevan un hálito de esperanza a Puerto Rico porque, ¡créanme gente!, con personas como éstas, tanto el presente como el futuro nuestro tienen que ser mejor.
¡Oigan, que hasta en las gasolineras nos tropezamos con ellos!
El año pasado fue "La Bodeguita de Manolo", un rinconcito super bueno, acogedor y sumamente agradable, con una comida bien sabrosa, dentro de la tienda en San Francisco (San Juan).
Ahora se inventan el Mug "Los Cidrines-La Bodeguita de Manolo", para que los clientes lo compremos con nuestro café, y lo llevemos después, en un necesario ejercicio de "recicla y no botes" para el refill... que saldrá más económico. De esta manera, definitivamente, ayudamos a reducir de manera sustancial la gran cantidad de basura que significan los vasos desechables de cualquier tipo.
Siempre habrá el que se quiera pasar de listo y diga: ¡eso es para que el comerciante gaste menos!
Sólo hay que contestar: ¡¡No... es para que nosotros gastemos menos!!
Si el comerciante reduce costos, y es consciente, reduce el precio de venta de una manera razonablemente proporcional.
En adición... como indiqué antes, BOTAMOS MENOS BASURA y así ayudamos a este pobre planeta nuestro que ya no da más, entre nuestro insano afán de autodestrucción por las guerras, el terrorismo y los inventos legislativos... y el desconsiderado uso de los recursos naturales, tan ricos y al mismo tiempo poco apreciados.
Así que ya saben, si pasan por San Francisco, vayan a Los Cidrines, pidan un café, se compran su Mug reciclable (traten siempre de comprar productos reciclables... a propósito tengo una vastísima selección de productos promocionales eco amigables) y saluden a Mateo y a Manolito Jr. que siempre están allí...
De paso, copien sus ideas empresariales. No creo que se vayan a enojar por eso, al contrario. Son gente con un empuje tremendo y una fe en en Puerto Rico a prueba de bomba.
Ser amiga de los Cidre es un privilegio. Ser suplidora es un compromiso muy serio. Compartir una parte de sus sueños empresariales y poner un granito de arena en ellos, es algo que queda escrito en mi libro de vida y me hace sentir que vale la pena llegar a los 140 años como meta.
¡Seguro que Yes!
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